La dermatitis seborreica de Monsieur Thomas Germain (AUTOR: Dr. Xavier Sierra)


(AUTOR: Dr. Xavier Sierra)


Nicolas de Largillière (1656-1746) fue un pintor francés de estilo rococó, que se dedicó especialmente a los retratos y naturalezas muertas.

Había nacido en París, aunque cuando contaba con tres años de edad su familia se trasladó a Amberes, donde aprendió a pintar en el taller de Antoine Gourbeau, siendo reconocido como maestro el gremio de San Lucas en 1674.





Poco después realizó un viaje a Inglaterra (1675-1679),  donde el rey Carlos II de Inglaterra y Escocia se fijó con agrado en su pintura. Largillière volvería en 1685, para realizar un retrato de su sucesor, el rey Jaime II de Inglaterra y VII de Escocia.

A partir de 1689 se establece en Francia, donde alcanzará gran notoriedad, siendo solicitado para realizar exvotos o alegorías y retratos de  nobles y burgueses, llegando a ser uno de los pintores más cotizados de la época de Luis XIV y la Regencia. Su pintura juega con los colores y las luces dando gran viveza a sus retratos. Largillière fue nombrado miembro de la Academia real de pintura y escultura (1686), de la que llegará a ser director en 1736.





Aunque actualmente está algo eclipsado por la obra de su amigo y competidor Jacint Rigau, Largillière merece ser redescubierto y devuelto al lugar que merece en el arte francés.

La pintura que comentamos hoy es el retrato de Thomas Germain (1673-1748) con su mujer, Anne-Denise Gauchelet,  representa al famoso orfebre del rey Luis XV de Francia, en su taller. Thomas Germain, era llamado "Prince de la rocaille" (la rocaille es la profusa decoración de interiores, estucados y muebles o de la orfebrería rococó). Había alcanzado el título de "escultor orfebre del rey", como nos recuerda el cartel que aparece sobre la mesa: «À Monsieur/Monsieur Germain/Orfèvre du Roy/aux galleries du Louvre/à Paris».

En el estante aparecen algunos modelos utilizados como matrices de piezas de orfebrería diseñadas por el artista, que fueron reutilizadas por su hijo, François-Thomas (1726-1791), en la ornamentación de las vajillas de las principales cortes europeas, como la de Rusia y Portugal. El único objeto acabado, de plata, es un candelabro, con figuras de sátiros en el fuste, que todavía hoy forma parte de una colección privada. Este modelo sirvió para inspirar la vajilla de plata del rey D. José, que François-Thomas terminó en 1757. En el anaquel también podemos ver un querubín de terracota y una base de querubines en cera, que se usaban para realizar piezas de orfebrería. Una esfinge de yeso atestigua el interés del orfebre por la egiptología, y la moda que supuso en su época.



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