La dermatitis seborreica (DS) es una enfermedad común de la piel y dependiendo de la edad de presentación, se caracteriza por afectar zonas ricas en glándulas sebáceas como piel cabelluda, cara y las regiones de detrás de la oreja, las axilas y la ingle. Presenta un aspecto similar a la caspa común, sólo que la costra producida en la DS es de un tamaño mayor y de color amarillento. En un inicio la DS puede presentar costras de pequeño tamaño, haciendo que se más difícil de identificar y más fácil de confundir con la caspa común (1).
En condiciones normales, la secreción sebácea no debiera ocasionar acné o dermatitis seborreica. Sin embargo, en la fisiopatología del acné se ha observado una mayor producción de ácidos grasos libres debida a la acción de las bacterias anaerobias que descomponen los triglicéridos y esto podría contribuir al desarrollo de la dermatitis seborreica, entidad que se caracteriza por un aumento en la secreción de triglicéridos en el conducto sebáceo (1).
Aunque se trata de una enfermedad crónica y de carácter dermatológico (Consulta siempre a un dermatólogo), existen aspectos nutricionales y de estilo de vida que pueden ayudar a controlar la enfermedad. Entre ellos se han asociado algunos nutrientes cuya carencia está relacionada con la aparición de DS (Vitaminas B6, B3, Biotina) (2). Otra de las complicaciones asociadas a DS es la pérdida de cabello, asociado a andrógenos, que se ve incrementada en personas con deficiencia de zinc (2).
En general los nutrientes a tener en cuenta para mantener más controlada la DS se muestran en la tabla 1. |
A pesar de que no existe tratamiento nutricional para esta enfermedad, se puede decir que en general una alimentación correcta puede brindar los nutrientes anteriormente señalados. Aquí una guía muy general:
- Verduras: Todas, en general variadas (diversidad de colores)
- Frutas: Todas, variadas (diversidad de colores, específicamente plátano)
- Cereales: Todos, preferentemente integrales, no ultra procesados(pan de caja de marca o de supermercado)
- Leguminosas: Todas.
- Alimentos de origen animal: Principalmente carnes magras, huevo e hígado.
- Lácteos: Leches (Max 1 porción/día), yogur natural, quesos bajos en grasa.
Aceites y grasa: Para cocinar: la opción principal es el aceite de oliva (extra virgen), como segunda opción: aceite de canola, tercera opción: manteca de cerdo, mantequilla y aceite de coco extra virgen. En crudo: aceite de oliva (extra virgen), aguacate, nueces. En general ayuda mucho no consumir muchos alimentos fritos, pues esto mejora la relación Omega3:Omega6.
Azúcares: ninguno, preferentemente. (Ni edulcorantes, ya que estos pueden generar disbiosis intestinal).
Estilo de vida: Correcta exposición solar(si esta causa brotes evitarla y suplementar vitamina D), buena calidad y cantidad sueño, no consumir alcohol, tabaco ni drogas. Beber café con moderación (< 3 tazas al día o consumir té verde en igual proporción al café).
Suplementos de interés: Vitamínicos (sólo en caso de deficiencias, consulta a tu nutrióloga/o, pues más no es mejor y en ocasiones, si puede ser peor), Adaptógenos (indirecto, mejora la respuesta al estrés), magnesio (indirecto, mejora la calidad de sueño) (3).
Fuentes
- Medina, 2014 (Dermatitis seborreica: una revisión)
- Tabla de nutrientes de referencia del INCMNSZ. (https://quimicalilianam.files.wordpress.com/2018/09/tablavitymin.pdf?fbclid=IwAR0gRSKpVn_HX1jtsP_vAXB9y6Ap5sJxh_J_XHioBONi23saw8BaScOlzQw
- Pérez-Meza, Colin, 2020 (El libro negro de los suplementos, 2da Ed.)
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